Hace algunas semanas en diversos medios de comunicación, se mencionaba reiteradamente la sensible muerte de David Bowie, uno de los músicos más revolucionarios de la Historia contemporánea. Sus aportaciones repercutieron profundamente no sólo en el Rock, sino en el pensamiento de millones de seguidores y en la manera en la cual concebimos a nuestra sociedad. Con terapia de choque, vapuleó prejuicios y rompió macizos conceptos, logrando así ampliar nuestro espectro de pensamiento. Su genialidad no conoció límites e incluso su incursión en las finanzas marcó un hito.

de 55 millones de USD, dejando como garantía los derechos de sus canciones.
Durante los primeros años de vida de los bonos, las regalías de sus canciones crecieron de la mano del desarrollo de los medios digitales, pero un trago amargo le esperaba. La industria de la música se veía fuertemente golpeada por la piratería. La gente dejó de comprar música original y las ventas parecían no tocar fondo. Los Bowie Bonds fueron degradados por las agencias calificadoras de una sólida A3 a una perturbadora Baa3. La debacle era inevitable, Bowie iba a perder a muchos fans en Wall Street. Sin embargo, el destino le arrojaría un bálsamo.
En 2001, un innovador desarrollo llegó al público, se llamó iTunes. Paulatinamente la gente comenzó a comprar canciones en línea en vez de copias apócrifas. Los Bowie Bonds regresaban al escenario para rockear más fuerte que nunca.
Finalmente, los bonos se liquidaron sin contratiempos en 2007 y Bowie recuperó los derechos de sus canciones.
Finalmente, los bonos se liquidaron sin contratiempos en 2007 y Bowie recuperó los derechos de sus canciones.
Derivado del éxito de los Bowie Bonds, este tipo de inversión se ha hecho popular y ahora es posible adquirir bonos de James Brown, Iron Maiden, Rod Stewart, entre muchos otros.
Bowie profetizó la extinción de los derechos de autor y consideró que se convertirían en un bien de consumo, regidos por la oferta y la demanda. El Copyright aún existe, pero ya ha mutado, como el camaleónico Bowie, el rockero de Wall Street.