
Corriente Alterna: ¿Cómo organizar unos juegos olímpicos? Pépe Carioca vs el pato Donald
Han pasado ya
varias semanas de que concluyeron los juegos de Río y la vida ha vuelto a la
cotidianidad. No obstante, aún tengo presente la emotiva ceremonia de clausura.
En ella, se proyectaron varios rostros brasileños
al borde del llanto, sin duda, por el desempeño histórico de su país y por las
grandes alegrías que sus atletas les dieron. Pero quizás también porque saben
que la fiesta terminó, y ahora deberán de pagar el astronómico costo del
evento. Que para colmo de males, se presenta en la situación político-económica
más inoportuna. Con tristeza, no pude evitar sentir, como junto con el fuego
olímpico, el ánimo de los anfitriones se fue extinguiendo.

varias semanas de que concluyeron los juegos de Río y la vida ha vuelto a la
cotidianidad. No obstante, aún tengo presente la emotiva ceremonia de clausura.
En ella, se proyectaron varios rostros brasileños
al borde del llanto, sin duda, por el desempeño histórico de su país y por las
grandes alegrías que sus atletas les dieron. Pero quizás también porque saben
que la fiesta terminó, y ahora deberán de pagar el astronómico costo del
evento. Que para colmo de males, se presenta en la situación político-económica
más inoportuna. Con tristeza, no pude evitar sentir, como junto con el fuego
olímpico, el ánimo de los anfitriones se fue extinguiendo.

¿Pero qué
ocurrió mal?, ¿Por qué cada vez que concluyen unos juegos olímpicos, las
ciudades terminan quebradas y endeudadas por décadas?, ¿Es esto inevitable?
Para responder estas preguntas es necesario rebobinar la cinta a 1980.
ocurrió mal?, ¿Por qué cada vez que concluyen unos juegos olímpicos, las
ciudades terminan quebradas y endeudadas por décadas?, ¿Es esto inevitable?
Para responder estas preguntas es necesario rebobinar la cinta a 1980.

los olímpicos de Moscú. Se le pasó la estafeta a la ciudad de los Ángeles. En
ese momento, el panorama era completamente
desolador. Y es que en represalia al boicot de los Estados Unidos a los juegos,
era un hecho que la justa veraniega del 84 no contaría con el poderoso bloque
socialista, mermando seriamente el atractivo mediático. Adicionalmente, la
economía norteamericana se encontraba en plena recesión. El Kremlin se frotaba
las manos con el colosal fracaso.
Los
estadounidenses, nunca resignados a la derrota, evitaron el pánico y analizaron
bien la situación, y después de revisar caso por caso los desastres financieros
de las olimpiadas pasadas, llegaron a una simple y contundente solución: Para
que estos juegos fueran rentables deberían ser financiados y organizados por la
iniciativa privada.
estadounidenses, nunca resignados a la derrota, evitaron el pánico y analizaron
bien la situación, y después de revisar caso por caso los desastres financieros
de las olimpiadas pasadas, llegaron a una simple y contundente solución: Para
que estos juegos fueran rentables deberían ser financiados y organizados por la
iniciativa privada.
El primer paso
fue poner al frente al hombre adecuado: el avispado hombre de negocios y comisionado de las grandes ligas de béisbol,
Peter Ueberroth. Quien aprovechó la infraestructura existente de los Ángeles y que
con un poco de maquillaje la dejó cómo para un óscar. La practicidad de
Ueberroth rayó en lo genial, en vez de invertir en una costosa villa olímpica,
alojó a los atletas en los funcionales
dormitorios universitarios. El estadio olímpico fue el utilizado los
juegos de 1932, que dejó ya de conocérsele como el viejo estadio, al ser
rebautizado como el nuevo Coliseo de los
Ángeles. Las demás disciplinas también se efectuaron en estadios de equipos
profesionales. Soluciones sencillas, millones ahorrados.
fue poner al frente al hombre adecuado: el avispado hombre de negocios y comisionado de las grandes ligas de béisbol,
Peter Ueberroth. Quien aprovechó la infraestructura existente de los Ángeles y que
con un poco de maquillaje la dejó cómo para un óscar. La practicidad de
Ueberroth rayó en lo genial, en vez de invertir en una costosa villa olímpica,
alojó a los atletas en los funcionales
dormitorios universitarios. El estadio olímpico fue el utilizado los
juegos de 1932, que dejó ya de conocérsele como el viejo estadio, al ser
rebautizado como el nuevo Coliseo de los
Ángeles. Las demás disciplinas también se efectuaron en estadios de equipos
profesionales. Soluciones sencillas, millones ahorrados.

Se sabía que los
deportistas norteamericanos, al no tener competencia seria, barrerían en el
medallero. Por este motivo, los medios no escatimaron en elevarlos a niveles de
semidioses aún antes de que empezaran los juegos, así que la expectación crecía
día a día. Finalmente los juegos fueron un éxito rotundo, el himno
norteamericano no paró de sonar, el mundo se maravilló con las hazañas de los
atletas locales, ¿alguien se acordó de los soviéticos?, y el señor Ueberroth devolvió
al comité organizador 250 millones de dólares (de aquellos) de ganancias netas,
y la ciudad, por supuesto, no tuvo deuda.
deportistas norteamericanos, al no tener competencia seria, barrerían en el
medallero. Por este motivo, los medios no escatimaron en elevarlos a niveles de
semidioses aún antes de que empezaran los juegos, así que la expectación crecía
día a día. Finalmente los juegos fueron un éxito rotundo, el himno
norteamericano no paró de sonar, el mundo se maravilló con las hazañas de los
atletas locales, ¿alguien se acordó de los soviéticos?, y el señor Ueberroth devolvió
al comité organizador 250 millones de dólares (de aquellos) de ganancias netas,
y la ciudad, por supuesto, no tuvo deuda.
Desde
entonces, Estados Unidos se ha postulado como candidato a todas las demás
olimpiadas. No creo que Brasil lo haga en muchos, muchos años.
entonces, Estados Unidos se ha postulado como candidato a todas las demás
olimpiadas. No creo que Brasil lo haga en muchos, muchos años.